En Milenio Negro (2004), la última novela de J.G Ballard, se lleva a cabo la revolución menos pensada: la de los integrantes de las clases altas de los barrios cerrados de Londres. Cansados de pagar escuelas privadas, seguros médicos e impuestos incalculables, los habitantes de Chelsea Marina –equivalente inglés de un country argentino- deciden (con el atentado a las Torres Gemelas como implícito pero radical ejemplo) destruir los símbolos de la clase a la que pertenecen, los estereotipos del bienestar burgués: el turismo, los aeropuertos, videoclubs, la BBC, conglomerados de cines, etc. Esta trama perturbadora sirve al autor para comparar al mundo contemporáneo con una lujosa máquina de eventos sin sentido. La revolución de los profesionales de Chelsea Marina, a fin de cuentas, es contra ellos mismos: “Estamos cansados de que no nos valoren. Estamos cansados de que nos utilicen. No nos gustan las personas en las que nos hemos convertido”, dice uno de los personajes. Aguzando la vista, probablemente no haya una revolución imaginaria con más sentido y, justamente por eso, más impracticable. Los que votaron a Macri y salieron a protestar por el ABL perdieron una oportunidad única al desistir: defenestrar lo que ellos mismos habían deseado.
En estas semanas se ha agitado nuevamente el avispero de la Inseguridad. El tema es recurrente en los 10 últimos años pero cada tanto se instala en forma permanente. La gente sale a la calle con banderas argentinas y gestos desencajados explicando cómo fueron robados en 34 ocasiones seguidas o cómo un familiar fue acribillado a balazos por 100 pesos, una bicicleta o un celular. La verdad, no es agradable tener seres queridos muertos y la sensación de que uno va a ser robado se puede palpar en el aire con facilidad, negarlo sería de necios: sólo salgan a caminar de noche y, rápidamente, entre la oscuridad de las calles y la ausencia de personas, se van a sentir como Robert Neville, el personaje de Soy leyenda, la novela de Richard Matheson que en estos días se puede ver en el Cine. Todos sufrimos un robo, estuvimos a punto de ser víctimas de uno o conocemos a alguien que la pasó mal. Aunque suene fea ésa es la verdad: la brillante sociedad argentina, con una audacia de ribetes cósmicos, ha creado un monstruo grande que pisa fuerte: millares de jóvenes drogados, resentidos, hambrientos, violentos, desencantados y sin futuro. La pregunta es: ¿cómo reacciona la gente? Sí, usted acaba de dar con la respuesta: como reaccionarios. Algunos se arman. Otros piden mano dura y amenazan armarse. Otros se encierran y no salen de sus casas…y amenazan armarse. El sentimiento general es que hay que matar a los delincuentes, ciegamente, con severidad. A mí me sorprende día a día la estupidez general del pueblo argentino –intuyo que es así en todos lados pero aboquémonos a lo que conocemos: ni en una sola marcha por la Seguridad escuché a alguien preguntarse qué pasó en los últimos 30 años para que el panorama se vuelva tan desolador. Las preguntas que se hacen apuntan a discernir qué hacen, de dónde salieron, por qué caminan las mismas veredas que ellos. Estoy seguro de que algunos creen que los pibes chorros son extraterrestres que adquirieron forma humana…
Responsabilidad Civil, una materia que el argentino promedio, ése que votó a Menem y se sintió a gusto durante la Dictadura 76-83, desconoce. La revolución de las clases medias y altas argentinas, la de la Seguridad, es en realidad diametralmente opuesta a la que prefigura Ballard, es la revolución de la mediocridad imperante, la revolución del empobrecimiento conceptual y la falta de pensamiento para trazar las consecuencias obvias de una sociedad devastada. No están aburridos de ser quienes son porque nunca se lo pusieron a pensar. Me recuerdan el tema de Serú: “Cuánta ignorancia/ Corre por tu cuerpo hoy/ Ni siquiera te entregás al viento/ Sin pensar por qué”. Matar gente nunca fue una solución: así lo prueba la historia. Es cierto que todos corremos peligros pero también lo es que tenemos la culpa. No te podés comer al caníbal. Mucho menos si el caníbal fue creado por vos a base de marginación, indiferencia y regocijo personal. Perdonen mi elocuente demagogia pero creo que en un país donde la gente, literalmente, corre carreras para comer de la basura, pedir seguridad debería provocar vómitos masivos. Sin embargo, la gente aplaude al que se arma, fantasea que asesina villeros. Es el colmo de la mediocridad, la gota que rebalsa el vaso. Un policía por cuadra no resuelve un macro problema socio-cultural. Es que es difícil –tanto para la izquierda como la derecha- aceptar la verdad: el problema de la inseguridad no tiene solución. De una y otra forma, siempre la habrá. Ya sabemos del insondable peligro de un Estado protector con Seguridad en las calles. Y sabemos, aunque nos cueste creerlo, que la redistribución de riqueza es una utopía. Además, les tengo varias malas noticias: también pasa que cuando las personas de clases bajas acceden al poder, en base a su natural resentimiento por haber sido pisoteados y maltratados durante años, actúan de la misma forma autoritaria e indignante que la clase dominante. Ver la película brasilera Crónicamente inviable y constatarlo. El mundo no es sencillo, es complicado, brutal y bastante horrible. Pregúntenle a un adolescente argentino, cualquiera sea su condición social, qué opina de un homosexual o de un boliviano o, incluso, de un judío. La respuesta, se los aseguro, no estará regada de tolerancia.
El mundo está podrido, amigos, y estamos educados en base a una idea de progreso y evolución social cuando todo indica que vamos bajando la cuesta a las corridas. En El señor de las moscas, la novela de William Golding que inspiró Lost, por consecuencia de un accidente aéreo, unos niños deben arreglárselas solos en una Isla desierta. Al poco tiempo ya hay discusiones, violencia y asesinatos. This is estar en el horno. No hay esperanza, no hay solución, hay lo que hay: deberemos aprender a convivir –y morir- con la mentada “Inseguridad” como se acostumbraron las clases bajas-bajas a convivir –y morir- de hambre. Ésa sí que es LA INSEGURIDAD. Es el riesgo de vivir en una sociedad de estúpidos armados, de imbéciles que se masturban pensando en Videla. Y al que no le guste, que salga a la calle pidiendo mano dura y se pudra en su egoísmo, en su infra-pensamiento. Mientras tanto, Ballard nos mira a los ojos y nos habla con dureza: “Hoy la gente no se quiere. Somos una clase rentista que sobró del último siglo. Toleramos todo, pero sabemos que los valores liberales están pensados para volvernos pasivos. Nos parece que creemos en Dios, pero estamos aterrados por los misterios de la vida y de la muerte. Somos profundamente egocéntricos, pero no soportamos la idea de la finitud de nuestro yo. Creemos en el progreso y en el poder de la razón, pero nos persiguen los lados más oscuros de la naturaleza humana. Nos obsesiona el sexo, pero tememos la imaginación sexual y tenemos que protegernos con enormes tabúes. Creemos en la igualdad pero detestamos a la clase inferior. Tememos nuestros cuerpos y, sobre todo, tememos la muerte. Somos un accidente de la naturaleza pero nos creemos el centro del universo. Estamos a pocos pasos del olvido pero tenemos la esperanza de ser de algún modo inmortales…”. Sayonara.
En estas semanas se ha agitado nuevamente el avispero de la Inseguridad. El tema es recurrente en los 10 últimos años pero cada tanto se instala en forma permanente. La gente sale a la calle con banderas argentinas y gestos desencajados explicando cómo fueron robados en 34 ocasiones seguidas o cómo un familiar fue acribillado a balazos por 100 pesos, una bicicleta o un celular. La verdad, no es agradable tener seres queridos muertos y la sensación de que uno va a ser robado se puede palpar en el aire con facilidad, negarlo sería de necios: sólo salgan a caminar de noche y, rápidamente, entre la oscuridad de las calles y la ausencia de personas, se van a sentir como Robert Neville, el personaje de Soy leyenda, la novela de Richard Matheson que en estos días se puede ver en el Cine. Todos sufrimos un robo, estuvimos a punto de ser víctimas de uno o conocemos a alguien que la pasó mal. Aunque suene fea ésa es la verdad: la brillante sociedad argentina, con una audacia de ribetes cósmicos, ha creado un monstruo grande que pisa fuerte: millares de jóvenes drogados, resentidos, hambrientos, violentos, desencantados y sin futuro. La pregunta es: ¿cómo reacciona la gente? Sí, usted acaba de dar con la respuesta: como reaccionarios. Algunos se arman. Otros piden mano dura y amenazan armarse. Otros se encierran y no salen de sus casas…y amenazan armarse. El sentimiento general es que hay que matar a los delincuentes, ciegamente, con severidad. A mí me sorprende día a día la estupidez general del pueblo argentino –intuyo que es así en todos lados pero aboquémonos a lo que conocemos: ni en una sola marcha por la Seguridad escuché a alguien preguntarse qué pasó en los últimos 30 años para que el panorama se vuelva tan desolador. Las preguntas que se hacen apuntan a discernir qué hacen, de dónde salieron, por qué caminan las mismas veredas que ellos. Estoy seguro de que algunos creen que los pibes chorros son extraterrestres que adquirieron forma humana…
Responsabilidad Civil, una materia que el argentino promedio, ése que votó a Menem y se sintió a gusto durante la Dictadura 76-83, desconoce. La revolución de las clases medias y altas argentinas, la de la Seguridad, es en realidad diametralmente opuesta a la que prefigura Ballard, es la revolución de la mediocridad imperante, la revolución del empobrecimiento conceptual y la falta de pensamiento para trazar las consecuencias obvias de una sociedad devastada. No están aburridos de ser quienes son porque nunca se lo pusieron a pensar. Me recuerdan el tema de Serú: “Cuánta ignorancia/ Corre por tu cuerpo hoy/ Ni siquiera te entregás al viento/ Sin pensar por qué”. Matar gente nunca fue una solución: así lo prueba la historia. Es cierto que todos corremos peligros pero también lo es que tenemos la culpa. No te podés comer al caníbal. Mucho menos si el caníbal fue creado por vos a base de marginación, indiferencia y regocijo personal. Perdonen mi elocuente demagogia pero creo que en un país donde la gente, literalmente, corre carreras para comer de la basura, pedir seguridad debería provocar vómitos masivos. Sin embargo, la gente aplaude al que se arma, fantasea que asesina villeros. Es el colmo de la mediocridad, la gota que rebalsa el vaso. Un policía por cuadra no resuelve un macro problema socio-cultural. Es que es difícil –tanto para la izquierda como la derecha- aceptar la verdad: el problema de la inseguridad no tiene solución. De una y otra forma, siempre la habrá. Ya sabemos del insondable peligro de un Estado protector con Seguridad en las calles. Y sabemos, aunque nos cueste creerlo, que la redistribución de riqueza es una utopía. Además, les tengo varias malas noticias: también pasa que cuando las personas de clases bajas acceden al poder, en base a su natural resentimiento por haber sido pisoteados y maltratados durante años, actúan de la misma forma autoritaria e indignante que la clase dominante. Ver la película brasilera Crónicamente inviable y constatarlo. El mundo no es sencillo, es complicado, brutal y bastante horrible. Pregúntenle a un adolescente argentino, cualquiera sea su condición social, qué opina de un homosexual o de un boliviano o, incluso, de un judío. La respuesta, se los aseguro, no estará regada de tolerancia.
El mundo está podrido, amigos, y estamos educados en base a una idea de progreso y evolución social cuando todo indica que vamos bajando la cuesta a las corridas. En El señor de las moscas, la novela de William Golding que inspiró Lost, por consecuencia de un accidente aéreo, unos niños deben arreglárselas solos en una Isla desierta. Al poco tiempo ya hay discusiones, violencia y asesinatos. This is estar en el horno. No hay esperanza, no hay solución, hay lo que hay: deberemos aprender a convivir –y morir- con la mentada “Inseguridad” como se acostumbraron las clases bajas-bajas a convivir –y morir- de hambre. Ésa sí que es LA INSEGURIDAD. Es el riesgo de vivir en una sociedad de estúpidos armados, de imbéciles que se masturban pensando en Videla. Y al que no le guste, que salga a la calle pidiendo mano dura y se pudra en su egoísmo, en su infra-pensamiento. Mientras tanto, Ballard nos mira a los ojos y nos habla con dureza: “Hoy la gente no se quiere. Somos una clase rentista que sobró del último siglo. Toleramos todo, pero sabemos que los valores liberales están pensados para volvernos pasivos. Nos parece que creemos en Dios, pero estamos aterrados por los misterios de la vida y de la muerte. Somos profundamente egocéntricos, pero no soportamos la idea de la finitud de nuestro yo. Creemos en el progreso y en el poder de la razón, pero nos persiguen los lados más oscuros de la naturaleza humana. Nos obsesiona el sexo, pero tememos la imaginación sexual y tenemos que protegernos con enormes tabúes. Creemos en la igualdad pero detestamos a la clase inferior. Tememos nuestros cuerpos y, sobre todo, tememos la muerte. Somos un accidente de la naturaleza pero nos creemos el centro del universo. Estamos a pocos pasos del olvido pero tenemos la esperanza de ser de algún modo inmortales…”. Sayonara.
18 comentarios:
En parte, soy de la gente que criticás, y creo que tenés argumentos para refutar lo que pienso.
Vos hablás de gente que fantasea pensando en matar villeros.
A mí no me importa si son villeros o no.
Yo creo que tienen que morir los hijos de puta. Sin importar su sexo, ni su religión, ni esa ridiculez que llaman "nacionalidad", ni su condición social.
Estoy convencido de que ninguna persona no-hija-de-puta (hablo de gente como vos, que respeta a los demás y trata de que las cosas sean mejores) deba morir a manos de una que sí lo sea.
Concuerdo en que hay problemas sociales de base, que habría que solucionar para evitar que siga habiendo hijos de puta (que los hay por todos lados).
También sé que lo que pienso es difícil de implementar, pero sí creo que es lo justo.
Igual que cortársela a los violadores.
Yo pienso como vos, pero si alquien le hace daño a alguien a quien quiero lo mato.
Espero no tener que llegar a eso y poder cambiar las cosas antes. No es mucho lo que por el momento puedo hacer, pero con el tiempo espero poder llegar a ayudar a la gente que lo necesita antes de que el hambre y el desamor los arrastre al resentimiento, o la pelotudez de consumir mierda y pagar el suicidio en cuotas.
Alejandro
Me inspiraste para escribir algo: http://www.lossouvenires.blogspot.com/
"no hay esperanza, no hay solución, hay lo que hay: deberemos aprender a convivir –y morir- con la mentada “Inseguridad” como se acostumbraron las clases bajas-bajas a convivir –y morir- de hambre. Ésa sí que es LA INSEGURIDAD. Es el riesgo de vivir en una sociedad de estúpidos armados, de imbéciles que se masturban pensando en Videla. Y al que no le guste, que salga a la calle pidiendo mano dura y se pudra en su egoísmo, en su infra-pensamiento"
Me gustó mucho. Saludos.
Comparto tu opinión, el problema no tiene solución porque no es “problema” como tal, es la realidad, la civilización es como un intento de perfección destinado a la frustración, y muchos dirán, nooooo, pero mira Dinamarca es más civilización, si, pero para que el 1er mundo exista se necesita del contrapeso de los países en vías y de los 3er mundo, entonces el problema es una forma racionalizada de aceptar la imperfección a través de la negación, pero al adquirir la calidad de “problema” se prevé de medios para “solucionarlo” que están destinados al “fracaso” por la perfección a la que se desea llegar. Tus reflexiones son muy buenas, pero lastimosamente esas reflexiones no son compartidas por la mayoría y nunca lo serán, entonces qué hacer? eso es personal
Puedes dejarte llevar por la mediocridad, o reprocharla y hacer algo por cambiar tu situación, qué se yo, es problema de cada cual, lastimosamente es así, el mundo está podrido, es verdad, pero también abunda la hermosura, así se me tilde de cursi, las dos caras están siempre presentes. Tan sólo quiero compartir que estoy harto de esta visión decadente de mundo, tampoco pretendo darle la espalda, porque eso sería estúpido y mediocre, hacer como que no pasa nada y emborracharse y escuchar reggae o por último lanzarse a green peace o PETA y ser radicalmente unitario salvando plantas y animales cuando hay cosas más importantes, o sea que, pero también, es estúpido y mediocre darle la espalda a las cosas buenas del mundo y no luchar por lograrlas, porque sí existen, están ahí, “sólo” hay que verlas, lo que intento compartir es eso, el balance, porque todo en la vida es eso.
Hoy en día estamos encantados con nuestro “lado oscuro”, y todo intento de bondad nos parece “contra natura”, hace lustros era a la inversa, la bondad era natural, la maldad era por culpa del chupacabras, antes la culpa era de todo el mundo menos nosotros, mejor dicho, la culpa era de los astros y de las divinidades, hoy la culpa es del estado, de nosotros mismos, pero es un nihilismo que wow, es deprimente, dan ganas de escuchar strawberry fields FOREVER, o leer Kafka para entender cómo sintonizar la culpa en la mitad, en el balance, aunque incluso Kafka se lanzaba a la banquina tanto de la derecha como de la izquierda, es que es jodido, es el ideal de perfección que está en nuestras células.
El balance, me parece, es lo jodido. En la Edad Media era lo contrario: “somos los escogidos, viva la muerte y las puertas del paraíso, hola, yo soy mártir y mi dolor es mi salvación, ser poeta es estar empalagado de hermosura y desbordarla, la vida es lo más hermoso, si tu eres esclavo es porque el señor dios te quiere así, alégrate entonces, renacerás, viva viva el pasto verde y las mujeres paseándose desnudas con sus hijos llenos de vida en sus pechos carnosos como la algarabía” y el renacimiento fue de corta duración porque el balance es jodido, es lo único que pretendo aportar, ir hacia lo que es jodido, hacia donde nadie quiere ir, el contrapeso de las dos caras, pero eso es una utopía como bien lo sabes y Sartre esta contento
Es jodido, el balance es jodido, cualquiera que lea este comentario descubrirá un sinnúmero de contradicciones, podemos cerrar los ojos, darle la espalda a una cara de la moneda, y afirmar un solo lado y morir por ese lado, pero cualquiera que busque la mitad se contradice, la mitad es la evolución, y es eso lo que somos, somos contradicciones, pero obviamente esta es mi postura, respeto cualquiera y bla bla, un saludo.
NO FUTURE
Si que hay futuro. No seas tragaleche, el cambio lo tenés que hacer vos. Siempre es más fácil esperar que lo hago otro, pero así nos vamos a quedar esperando todos como unos boludos.
Es muy interesante ver cómo, cuando un tema tan complicado de pensar (y repensar), como este, es mostrado con poco filtro, florece la apropiación del anónimo.
Tambien es interesante ver cómo, otros que si tienen blog, no opinan nada.
Alejandro
- "...monstruo grande que pisa fuerte: millares de jóvenes drogados, resentidos, hambrientos, violentos, desencantados y sin futuro". Pregunto: Son estos los verdaderos agentes de la inseguridad? Respondo: A mi entender hay un monstruo mas grande aun. No hay dudas de que el grueso del capital robado en nuestro pais pasa por manos de gente que poco tiene que ver con esa descripcion. Esta gente tambien suele estar a cargo de cantidad de asesinatos indirectos (ya sea por indiferencia, desatencion, ineficiencia o despiadadas politicas empresariales y de estado) y muchas veces directos, que tranquilamente superan en cantidad a las muertes causadas por enfermos de hambre, paco, y/o ignorancia que residen en villas. Por lo geneeral, es esta la gente que, paradojicamente, levanta las banderas de "no a la inseguridad". Incluso lo hacen cuando un chico muere asesinado por $5. Por cierto, su real preocupacion pasa porque, si de dinero se trata, el asesino tendria cientos de miles de razones mas para meterse con ellos. A ninguno de estos tipos les preocupa que el chico asesinado haya tenido que salir a la calle a arreglarselas con $5 y que otro haya necesitado ir a robarselos.
- Dije "necesitado ir a robarselos", por que? Cierto es que no siempre se roba por hambre. De hecho dificilmente se roba por hambre: no por nada los que padecen hambre generalmente se mueren de hambre. Ahora, siendo parte de un sistema economico que se sostiene en la creacion de necesidades, no se puede culpar totalmente al ladron de que necesite colgarse del cable, o hacerse ilegalmente de un televisor, un auto, o el dinero que les permita acceder a ellos. Mucho menos se los puede culpar cuando los escasos grandes beneficiarios del sistema estan alcanzando niveles obscenos de consumismo compulsivo y no pierden oportunidad de mostrar a su modo de vida como lo maximo a lo que puede aspirar un ser humano. Los grandes mentores del capitalismo por lo general olvidan que la generacion de necesidades en combinacion con la concentracion de recursos promueve inevitablemente el robo. Posiblemente exagere, pero esta simple ecuacion se me aparece como el grato anuncio del final del capitalismo.
- "el problema de la inseguridad no tiene solución". Respondo: La inseguridad sensu facho no es mas que una consecuencia de segundo orden, casi una arista insignificante, del sistema economico que nutre hasta la obesidad a quienes levantan sus banderas. Por lo tanto, no hay posibilidad de solucionar el-problema-de-la-inseguridad tal y como se lo difunde hoy si no es mediante una certera patada al vientre del sistema economico. Por supuesto que los ricos no van a salir a repartir la guita, olvidense. No obstante, en nuestras manos esta dejar de ser tan funcionales a este sistema que empobrece tanto en lo economico como intelectualmente. Por ejemplo, no creo que haga falta correr detras de los megapixels de fotos que, por la tasa a la que se acumulan, dificilmente volvamos a ver detenidamente. Tampoco creo que escribir CHISTE al 2020 pueda cambiarle el dia a alguien ni que las cocinas fueran sucias antes de la existencia del Cif cocina y el Mr. Musculo Oxi Power. Del mismo modo, nadie me podra discutir que se puede llegar a destino en un modelo 2007, como en un 2003 o un 1996. Y que muchas veces tambien se puede llegar en bicicleta o caminando. Realmente, no veo por que no podemos abandonar esa idea del exito como la acumulacion de elementos de consumo y dedicarnos a ser verdaderamente felices. Recuperemos los atardeceres en desmedro del shopping y que la charla con amigos reemplace al mensaje de texto. Pongamosle menos guita y mas cuerpo a la vida, y re-aprendamos a que la felicidad venga de la mano del sol, la lluvia, un perro, una novia, amigos o un suenio. Junto con las necesidades imbeciles, los robos -cualquiera sea su clase - iran desapareciendo.
Marplatense Ajeno
A la hora de escribir sobre LA INSEGURIDAD decidí hacerlo tomando el término como te lo dan en los medios y lo entiende Doña Rosa porque quería dejar sentada mi opinión sobre el miedo más común de la clase media que es, creo, ese "monstruo grande que pisa fuerte". Como dice Avenida, el tema fue tratado sin filtro, no tenía ganas de mandarme un post kilométrico sobre por qué lo que llamamos seguridad no es tal y que no lo lea nadie, etc. Por suerte vino Marplatense ajeno y aclaró todo. Me interesaba hacer girar el post en torno al robo a cargo de menores que tanto teme Blumberg, Edu Feinmann y cía, explicando que estos pibes no salieron de un repollo. Por supuesto: son el último eslabón de una cadena mucho más grande y que todos conocemos pero, como explica Marplatense ajenpo, muchos de los que salen a protestar por la Inseguridad son la causa directa del "problema". Mi intención era, más que dar una opinión original (a decir verdad dije una sarta de lugares comunes que, a excepción de unos pocos, todos compartimos), instalar el tema.
Marplatense: "No obstante, en nuestras manos esta dejar de ser tan funcionales a este sistema que empobrece tanto en lo economico como intelectualmente": creo que esto es tan utópico como pensar que los ricos van a regalar la guita.
"Pongamosle menos guita y mas cuerpo a la vida, y re-aprendamos a que la felicidad venga de la mano del sol, la lluvia, un perro, una novia, amigos o un suenio": estoy de acuerdo, seguro, es lo que yo hago para ser feliz. Tu conclusión sobre el capitalismo me pareció genial.
Saludos a todos los comentaristas!
Ojo, yo no me trago la idea del NO FUTURE, eso es una pelotudez para adolescentes aburridos, creo en el futuro pero no en un cambio colectivo o comunitario. Soy optimista en términos más íntimos. La felicidad, sin dudas, va a estar más cerca de un perro, un amigo, una casa con diez pinos o una novia que de una cartel de publicidad de la comunidad movistar. Igual no sabía que el tema iba a ir para ese lado. Los caminos del post son insondables.
Ciao, Il Cornudo. Soy el que se mueve a tu novia mientras vos escribís estas pelotudeces y le colgás las mariconadas del costado a tu blog ¿No me creés? Peor para vos.
Los caminos de los cuernos son insondables.
Ciao ciao.
ja ja qué comentario el último.
YES FUTURE.
Il Corvino, una tribuna para el dabate de ideas.
La verdad que estuvieron muy bien todos, saludo, medalla y beso.
Sólo agregar que si tomamos a la civilización o la barbarie como lo que es, la historia de un montón de monos que se irguieron hace un puñado de millones de años, hay que convenir que no estamos peor ni mucho menos que antes.
Todo lo contrario, sin irnos tan lejos, si nos comaparamos con el siglo XIX esto es la panacea. Ciertas aberraciones normales en el 1900 hoy son condenadas por todo el mundo. Hay cosas que permanecen mal, sí, claro. Pero a nadie en su sano juicio les parece bien que los wichis se mueran de hambre. Hace unas décadas atrás se encolumnaba la conquista del desierto a matarlos con la total connivencia de la ciudadanía ilustrada.
Bueno, estamos mejorando, los cambios son lentos, soy optimista.
Viva Perón.
Carajo.
Coincido con Natanael con respecto a su comentario del progreso con respecto a siglos pasados. Sin ir más lejos, la civilización grecorromana, de la cual deriva casi todo lo que se convirtió en Occidente, tenía estándares para valorar la vida humana muy inferiores a los nuestros. Es cierto que ahora es más difícil encontrarse con atrocidades a gran escala apoyadas sin chistar por todos los estratos sociales. Aunque también es cierto que hay excepciones ineludibles, como más de un holocausto, guerras varias en oriente medio, atrocidades en la Argentina de los 70, y varias más que gozaron o gozan de una aceptación alarmante por al menos parte de la sociedad.
Coincido con il Corvino en que habría que elevar a Ballard a la categoría de pensador ineludible de la era industrial actual; su lectura y análisis debería ser obligatoria en el ámbito educativo, justo después de la dicotomía "civilización o barbarie" de don Domingo Faustino.
No conicido con el último anónimo. Las cosas que cuelga Corvino al costado son interesantes; y en todo caso, si él cree que no lo son, debería fundamentarlo, o al menos haber utilizado un adjetivo distinto a "mariconada", que ya denota intolerancia.
tratare de no desperdigar mi opinion por las ramas; Siempre que salta este tipo de discusion me planteo lo siguiente:
Que hacemos por el otro ???
es mas lindo compartir; que dar lo que no nos sirve mas, a todos les digo, es mejor poner el hombro que la espalda, a todos les digo; si levantas tu ventanilla cuando te piden una moneda, no encontraras una ventana abierta cuando te maten a palos por tu I-pod...
que se yo; me crie en un mundo diferente y siempre supe que el mundo iba para este lado...
Termino con una frase caracteristica: Cuando apoyan la cabeza en la almohada, Pueden dormir tranquilos????
Abrazo sonrisa y beso
Imposible competir con los anónimos. Me doy por vencido. Igualmente siempre es triste ver cómo los seres reprimidos escupen su mierda en lugares donde no pueden ser avistados.
Ahora: el nivel de los comentarios fue notable, che, sin dudas justificaron el post.
Saludos a todos, incluso el que se mueve a mi novia en su mente! Viva la bagatela!
Y a mí me molesta el "viva la bagatela"...
Para incitar a revoluciones que lamentablemente tienen poca trascendencia ya estoy yo.
Chau. Me voy a intentar chocar con mi auto la limusina de Elizabeth Taylor que seguramente va a ser más productivo que educar a la dormida burguesía.
Corvino, necesito ponerme en contacto con vos, mandame si podés un mail a gabriel.prensa@gmail.com, que quiero proponerte algo. (No te pido que postees tu dire de mail para que los anónimos no tomen represalias.)
Saludos, Gabriel.
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0233/articulo.php?art=5685&ed=0233
Alejandro
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