martes, 16 de septiembre de 2008

Nuevos trapos


Escenas de la vida moderna. El domingo, por cuestiones relacionadas con el azar y el absurdo de la vida, ingresé a una galería de ropa de diseño repleta de floggers (instantáneamente evoqué la moda payaso que propulsa la lunática de El crimen ferpecto en la película de Alex de la Iglesia). Al mediodía, en el diario Perfil, había leído una nota a Cumbio, líder espiritual de la mentada “tribu”. El día anterior, junto a mi hermana, estuvimos un rato mirando y leyendo fotologs con algo parecido a la estupefacción absoluta. Al otro día vi un sinnúmero de informes sobre los jóvenes que se juntan en el Abasto. Hace un tiempo, observé la fachada del Shopping Los Gallegos y advertí que los chicos que se juntan allí para conseguir tarjetas de boliches bailables copiaron con liquid sus correos electrónicos. Un anciano se los quedó mirando como si fuesen un entramado de jeroglíficos de ciencia ficción. Ha llegado, entonces, el momento aciago: escribiré sobre los floggers.

Advertencia: No vale, como estratagema para invalidar cualquier crítica o inquietud sobre los floggers, alegar que siempre existieron bandos o facciones de adolescentes identificados con un modo de vestir específico y una música en particular. Eso sólo significa que aunque cambiemos de color las trincheras, aunque cambiemos de lugar las banderas, siempre es como la primera vez, pero nada más. Es claro que el nivel de sectorización ha llegado a límites insospechados como así también inaudito el espacio que los medios otorgan a estas ¿noticias?

El mejor poema del flamante libro de poesía de Matías Moscardi (Historia Clínica), contiene una sentencia reveladora: “Los zombies están más vivos que nosotros”. Y a continuación repasa: “Zombies en una librería comprando manuales de Lacan. Zombies escribiendo poesía bucólica en el medio de la masacre. Zombies mirando cómo el semáforo resplandece en el cielo de otoño”. Y etc. Agregaría a la lista de Moscardi a gran parte de la humanidad (por ejemplo yo: zombie escribiendo en un blog) haciendo especial hincapié en los zombies que se sacan fotos, las suben a un fotolog y creen que eso es una forma de vida. Desconozco otra generación más apegada a la publicidad que la que ahora tiene entre 12 y 18 años. No creo ser el único que sintió un escalofrío cuando en el informe de un programa de televisión se mostró a una multitud de chicos cantando “¡Foto, foto, foto!”, como reza un grupo de actores en una propaganda. Históricamente, es en el transcurso de la adolescencia cuando comenzamos a desconfiar de los mecanismos que nos quieren imponer un modo de vida a través del flujo de dinero. Los floggers, en cambio, son un reflejo monstruoso de todo lo horrible que puede hacer el capitalismo. Por supuesto que todos terminamos cayendo en las telarañas del consumo, pero nunca tan dócilmente. Al vestirse y peinarse igual, parecen muñecos en serie salidos de una fábrica de Henry Ford. Al diferenciarse de otros (emos, raperos, cumbieros) por la fisonomía, se asimilan a un producto comprable, por ejemplo, los discos que inundan las bateas de Musimundo: rock, pop, world music. Todo ordenado y separado al detalle para que nunca ocurra la necesaria impureza del mestizaje. ¿Qué otra cosa es la adolescencia sino salir al mundo y enterarse de que no todos son iguales a vos? ¡Bailan con el celular en el oído, dando a entender que hablan! Algo feo nos están diciendo. Un piscólogo diría: Están pidiendo ayuda. Por otro lado, hijos dilectos de los medios masivos de comunicación (preferentemente la tv y el vicio del rating) y la obsesión por el éxito de sus padres, enaltecen la cantidad en desmedro de cualquier atisbo de calidad: el más popular no es quien saque fotos notables (como sucede en los fotologs ajenos a la “tribu”) sino el que acoja más visitas o suba más fotos en un mismo día. Asimismo, es alarmante que el factor que los reúna sea meramente estético. Sabemos lo que sucede en estos casos: aunque no se puede generalizar, se advierte un tufillo de desprecio hacia aquellos que no poseen los medios para “pertenecer”: peinado, celular, determinadas prendas a la moda, acceso continuo a Internet y tendencias en boga de la tecnología. Fuera de las características exteriores que los identifican, los raperos tienen sus elementales rimas, los emos, una (trivial) visión del mundo y los cumbieros, el júbilo de una música que los sobreexcita. Los floggers, sin corte de pelo ni foto ni chupines ni celular, no tienen nada. Algunos, incluso, seguramente de modo instintivo a través del consiguiente formateo familiar, tienen la misma ideología que los sectores más conservadores de nuestra sociedad. En un fotolog, una amiga recomienda a otra no ir al shopping con el mismo pantalón de siempre porque va a parecer pobre. O eso es lo que logré entender. Es pavoroso asistir al lenguaje inventando por la “tribu”, prácticamente intraducible para alguien ajeno: no sólo (como se espera habitualmente en los adolescentes) poseen faltas de ortografía y hacen brillar un religioso desconocimiento de la sintaxis (algún tipo de sintaxis), sino que intercambian textos con términos onomatopéyicos impenetrables y tipeos espasmódicos de una sola letra, incapaces de lograr conexión con sus cerebros y acceder a la comunicación. Intuyo que sería imposible para un escritor recrear ese tipo de vocabulario. ¡Al lado de esto, el nadsat de Anthony Burgess es un juego de niños! Sayonara.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Fantástico análisis, como de costumbre. Hace poquito, en mi (ejem) fotolog esbocé una crítica a los floggers, que iba en el mismo sentido que la tuya, pero en términos mucho más burdos, claro está. Unos días más tarde, una conversación con amigos me enmarañó en un todo vale posmoderno del que puedo salir recién ahora con tus sabias palabras.

http://www.fotolog.com/museodeloinutil/66764449

Coincido contigo. Quizá te haya faltado señalar el profundo cinismo que ejerce esta gente, la cual considera su pertenencia flogger como algo mermamente adolescente. Todos sabemos que la identidad que uno asume en la adolescencia implica una promesa de eternidad, casi nunca cumplida, pero que en definitiva es lo que le da sentido.

Alejo Salem dijo...

Hola, Corvino...
Desde hace unos días vengo pensando en estas situaciones tribales y tratando de no caer, precisamente, en el fácil -pero exacto- pozo reduccionista del "siempre hubo".
Al final, tratando de ir un poco más allá, me encontré con un dato: estos chicos de entre 12 y 18 años son, generalizando, los hijos de la generación que está entre nosotros y nuestros padres. Y creo que ahí arranca el problema.
Son los retoños de esa juventud que quedó más o menos hecha mierda entre fines del 70 y principios del 80. Una generación que quedó -insisto, generalizando y aceptando, por ende, que hay casos que no caben en el ejemplo- cercenada de ideas propias, ya sea por represión, por tentación de internacionalización del capitalismo, redistribución mundial del consumo de drogas, etcétera.
Tengo 33 años, y en algún momento -entre Sumo y Nirvana- pensé que era de los que tenía que cambiar el mundo, y que el mundo se podía ir a la concha de su madre.
Después me tocó asumir que había que creer, y más o menos lo hice.
Y hasta tuve un hijo.
Y acá vuelve la idea de cambiar el mundo: yo (nosotros) no pudimos o no quisimos o no supimos, pero nos llovió la oportunidad de criar personas para que lo intenten.
Las generaciones intermedias -para arriba y para abajo- no lo van a cambiar: unos porque ya es muy tarde, los otros porque ya arrancaron mal.
El saldo del salto generacional es una sinusoidal de positivos y negativos que dificilmente se pueda detener.
Al menos, eso creo hasta ahora. En diez años te escribo de nuevo y vemos.
Saludos marplatenses.

AB dijo...

Creo que lo nuevo en esto es el reconocimiento mediático y la pelotudización-bola de nieve que eso arrastra/ó. Ahora semejante "batalla" de "banderas" es patética cuando no hay un puto pensamiento atrás.

"inaudito el espacio que los medios otorgan a estas ¿noticias?"

Multicanal + banda ancha + multicanal hablando de banda ancha = hoy, tú, jóven, no eres nadie si no eres online.
Muy no-logo a la Klein: las empresas (en este caso, medios) terminan diciendo que existir es algo validado por ellos, ser jóven es tomar pepsi y usar jeans (hace unos años había un horrendo afiche de no se qué empresa que decía "si sos jóven, sos parte" o algo así, cayendo jóvenes y viejos por igual, en una estrategia que haría las delicias del más sangriento mercenario marketinero).

Han encontrado los medios su idóneo complemento en lo que es frivolidad y superficialidad, donde hay una ilusión de identidad individual, pero todos siguen bajo mismas batutas (en términos de rebaño, nadie se wiki-adoctrina, se hace a sí mismo por/con internet, para el rebaño necesitado de pastor, toda libertad deriva en pornografía). Ahora, oh televidente, además de vernos podrás ser todo lo que nosotros te digamos que seas en el más maravilloso plano de expresión de ¿pensamiento? Bueno... mejor, sacate una foto.
La tele es, al fin, más real que internet.

Esperaba de tu post alguna de esas vueltas de tuerca corvinezcas, algún aspecto nuevo en el asunto, pero lo terriblemente lineal y casi naturalmente esperado que resulta tu texto ilumina algo que, creo, es elocuente en el tema: no hay nada nuevo porque no hay nada más detras! Por triste que parezca, no hay grandes vueltas que darle, la existencia de esos chicos con todo eso no esconde nada más que éxitos de un plan perfecto.
Me gustaría poder reirme pensando que son más auténticos que nadie afirmando lo efímero de todo.
*
Ehhh.. terminé rumiando que quizás lo único rescatable es que llevan a pensar cuanto es uno un triunfo del plan de alguien.
Chaaau, me voy a la mierda.-

pd. mirate "This Is England", say no more.
pd2, estoy asquerosamente arbitrario e impulsivo.. todo esto me provoca una catarata de pensamientos que derivan en pena.

wallychoo dijo...

Es Humo, todo es humo y la verdad que "Cumbio" como dice "Chiche" no se sabe si es nene o nena, yo prefiero a las chicas con curvas y rellenitas, con el pelo atado y mostrando algo , me parece que los pendejos estan mal, yo a esa edad jugaba a la pelota en la calle y no soy un viejo choto, creo que tengo autoridad para decirlo, seguramente saldran los pelotudos de siempre (que necesitan aire, publicidad etc etc) a defenderlos, pero te digo una cosa Martin, todos esos me chupan un Kinder !!!!

Abrazo sonrisa y beso

David dijo...

Comparto bastante con el último comentario, también reconozco que eso de flogger es algo más bien pasajero (eso espero) y que en algún momento llegará morfeo para sacarlos de esa bola líquida y hermética.
Me preocupa la frivolidad, no soy un moralista de la lengua para afuera, puta, ni soy moralista, con lo cual eso de que antes teníamos valores y bla,,bla,bla ni me calienta, sí me preocupa (rompe las pelotas) los valores/códigos/reconocimientos que el mundo flogger maneja, lo dejaste bastante claro con eso de "pertenecer" por parecer algo; con eso de "trascender" en base a pequeños logros tan vacíos como estúpidos.
En realidad tu nota es bastante completa, agregarle pequeñeces sería repetir con otras palabras lo que ponés, lo único que inquieta es saber si éstos serán así durante la adolescencia o si durante toda la vida éstarán flotando.
El festín que se haría el muchacho de "La era del vacío" (Lipovetzky?... Como sea)
Buen post.

La niña santa dijo...

Es difícil hablar de estas tendencias sin sentir que uno se está volviendo un viejo choto. Pero es muy cierto es que decís de que no hay sector más influenciado e influenciable por las publicidades, el consumo y la imagen que los adolescentes hoy. No dejo de pensar no que es triste, porque tampoco me lamento por aquello que no soy, pero sí preocupante. El tema es que, contrariamente a lo que muchos podrían decir o pensar e incluso analizar y editorializar, no es puramente simbólico todo en estos chicos. Por detrás de todo lo intangible y pasajero de la moda, son pendejos y pendejas que se están formando con valores de mierda que encarnar prácticas para con ellos mismos y con el resto de la sociedad, que también son despreciables: racismo, xenofobia, homofobia, culto a la imagen y la pose, el poder adquisitivo como parámetro de valor... Eso no implica que no lo puedan cambiar más adelante, pero ¿cuántas personas hay en el mundo que estén abiertas al análisis y la (auto)crítica?
Otra cosa a tener en cuenta es que no hay que perder de vista que esto también es carne de medios desesperados por crear/generar tendencias. No se puede dejar de tomar con pinzas toda la información que circule sobre estas "tribus urbanas 2.0". Porque aparte como bien dijiste, desde los medios (tradicionales, alternativos o nuevos medios) salen a gritar su verdad, entonces hay que ver cuánto van a durar el curro y las ganas, no?

El anacoreta dijo...

Lo mas patético es lo que vi hoy en el programa de el ex rocker Roberto Pettinatto. Esta bien, en la mayoría de los programas se categoriza a los "pobres" floggers. Pero este conductor defendía a esa tal Cumbio como una chica inteligente e independiente cuando no es mas que una esclava de la globalización, los medios y demás. Además que (dato curioso) es modelo de una marca de ropa. Nada más que decir. Ella como los otros floggers son un producto.

Anónimo dijo...

Ya lo dijo el Indio... Vos gritás No logo, o no gritás No Logo o gritás No, Logo, No...

no creo qe a esta altura haya mucho más para decir. (abatido)

Saludos

Gonza Averna dijo...

Donde la vida pasa por ser visto, hay poco para ver.


Creo que este movimiento es consecuencia de algo histórico. Es decir, tiene que ver con el momento actual del mundo; los floggers no existirían hace 20 años. Son cosas que pasan por el lado de la moda, creo. Y todo ese mundillo siempre arrastró a mucha gente.

Qué se yo... no puedo evitar relacionarlos con lo que era el fenómeno de la música disco, unas décadas atrás.

Y lo de la violencia entre "tribus" me parece que lleva de la mano un alto grado de intolerancia. Pero, a mi forma de ver, eso siempre ha sido así, cuando hablamos de dos (o más) bandos. Y más si hablamos de pibes.

Un abrazo che.-

Hernan dijo...

buenísimo todo lo de este blog

Hernan dijo...

uno puede no saber nada de nada de los floggers. pero cuando me enteré que su lugar de reunión era la entrada de los shoppings...

Anónimo dijo...

Acá en Tucumán no había ningún shopping shopping. había uno desde hace mas de 10 años pero era más bien una galería.
Hace unos meses pusieron uno con toda la cuestión y a los pocos días se lleno de estos chicos

Anónimo dijo...

A punto de llegar a mi cuarta e infame década y a riesgo de ser tomado como un troll debo una vez más asumir mi rol de contrera y decirles alto y bien fuerte:son unos viejos chotos.
Dejen a los pendejos en paz para que se hagan bien de abajo, si algo debe o no resultar de ello, solo les importara a ellos. Es su adolescencia, no la de ninguno de nosotros. Lo oyeron bien?, de ellos y de nadie más. Da igual que se vistan de negro, rotosos o de ropas holgadas o si se ponen una piercing en el orto o si suben mil fotos en un fotolog. Lo hacen por que se les da la gana o por que no les sale otra cosa.
Cual es?
Ninguno de ustedes tuvo 15 años?
Y no me vengan a joder con lo de rascismo, y menos en esta mar del plata historicamente concheta, porfavor.O se piensan que en el Sobremonte, Frisco Latex de los ochentas entraban negritos mal vestidos?.
los flogger, como todos los jovenes del pasado, no van a cambiar el mundo.
Y ?
Acaso lo cambiamos nosotros ?
O ustedes, los de los noventa ?
Bajen un cambio.

David dijo...

Guau, qué tono imperativo. 15 años tuvieron/tuvimos todos, es cierto, el trampolín de etapas aún dista mucho de ser inventado, a no ser que la máquina de dios encuentre baches en la linea continua y finita.
Lo que cada uno dio fue un punto de vista, si personalmente tengo que hablar de mis 15 años lejos quedo de un flogger, blogger y lo que sea, apenas si sabía qué era una máquina, además, ni gana de andar pregonando. Incluir las cuestiones de almanaque en las opiniones me parece innecesario.
Mar del Plata es concheta, es verdad, un conchetismo grasa, porque tampoco es Saint tropez, pero bueno. Yo entiendo que la sucesión de nuestros comentarios quizás pareció una secuencia de hombres que miran desde un pedestal, aceptado, también uno tiende a minimizar el comportamiento flogger adjudicándolo a una etapa, en este caso la adolescencia,creyendo que es pasajero. Identificar al flogger con el adolescente es lo más común, aunque bueno, más de un boludón hace lo propio, y ahí ya no pasa por tener 15 años.
Tampoco nadie pidió que cambien el mundo, al menos que se enteren de que existe.

Hernán Galli dijo...

Veo que están levantando temperatura. Agua de la juventud para todos. Esta vez no agrego kerosene y sólo agrego:

¿No les resulta curioso que alguien sea "famoso" por sacarse fotos, publicarlas en un medio (Internet) y que mucha gente vea esa foto y escriba "pasé"? Claro, no es curioso porque la fama se logra a través de la tele. Y la tele es eso: un lugar donde aparece una cara, no hace nada, y lo ve mucha gente. La interacción entre fotologs y televisión es casi perfecta.

Anónimo dijo...

Es verdad, son trece comentarios nefasteando a unos pendex de no mas de 17 años.Tal vez por eso me salio un poco agresiva la cosa.
Remarque lo de la edad, por que ya vi estos fenomenos de moda y si, son pasajeros, transitorios y como todas las cosas de la vida, la mayoria se bajara de esa moda, y algunos pocos quedaran atrapados en esa burbuja temporal (fijate que cuarenta años despues hay hippies todavia).
No me parece grave.
No me parece que deba aceptarse que los bardeen en los medios.
Son chicos, entiendase.
En todo caso si saben que el mundo existe, preguntale a Cumbio de que vive y te vas a dar cueta que tanto saben de este mundo. Son muchisimo mas cinicos que nosotros, te lo aseguro.
Un saludo.

David dijo...

Negro perro, el mundo del (de la???) tal cumbio gira en torno a Nike, pixeles arrebatados, plata, y demás... Entiendo lo que decís, pero no es el caso de todos; sería como decir que todos los hippies son excelentes empresarios porque Ian Anderson la junta con el Bacalao.
Hablando de los hippies, no creo que aún queden dudas sobre lo éfimero que fueron.
A propósito, una lástima lo de Richard Wright.
Saludos.

Anónimo dijo...

Caretas estos ultimos comments son de caretas gay´s

Anónimo dijo...

"Hablando de los hippies, no creo que aún queden dudas sobre lo éfimero que fueron."
Como me rompe los huevos este tipo de comentarios, 40 años despues. Te parece q las cosas son identicas a los años '50? No dejaron nada los hippies, los '60?.

derian dijo...

Hace un tiempito vengo pensando a partir de este post sobre los floggers, o, como le dice mi madrina "los flowers". En principio, me parece que esta "tribu urbana" y ya el hecho de pertenecer a una tribu (o sea, que la diferenciaciones partan no ya de una clase social, media, baja, alta sino a partir de si pertenecés a tal o cual tribu) es síntoma posmo. Los floggers, creo, son el sujeto prototípico contemporáneo, la expresión absoluta de la postmodernidad: su filosofía de vida, mal que nos pese, es la no filosofía de vida. Es decir, el vaciamiento frío y obstinado de cualquier "forma-estilo-filosofía de vida"; la superficialidad que genera el culto a la imagen, ¿qué otra cosa no podría ser si no reflejo de nuestro tiempo? Por eso no concuerdo en nada con esta frase: "Fuera de las características exteriores que los identifican, los raperos tienen sus elementales rimas, los emos, una (trivial) visión del mundo y los cumbieros, el júbilo de una música que los sobreexcita. Los floggers, sin corte de pelo ni foto ni chupines ni celular, no tienen nada." Precisamente, esas son las características de los niños flogs: el no tener nada, la vacuidad, el rechazo absoluto y total a cualquier tipo de ideología.
Saludos Zariello! Viva la bagajaksdlasj.