domingo, 27 de diciembre de 2009

Sustos eran los de antes

La aparición de equipos manuales de filmación (en cualquiera de sus variantes) produjo, especialmente en la última década, una serie de consecuencias en la producción audiovisual. La mayor de éstas es un gusto del espectador por lo “espontáneo”, aquello que se supone por fuera de los límites de lo premeditado y el profesionalismo. Alimenta el fenómeno la ilusión de que con sólo tener una cámara, cualquiera puede ser director de su propia obra. Así, en la TV, las ficciones clásicas perdieron parte de su espacio a manos de personajes mediáticos que escenifican las mismas tramas de antaño pero en el marco de la “realidad”. Los programas periodísticos pasaron a reflejar, sin filtro alguno, el submundo a explorar, promoviendo al investigado como protagonista y potencial héroe. La noticia diaria, por otra parte, se vio invadida por “gente común”. Un espacio en el que se puede apreciar la dinámica (claramente morbosa) de esta vuelta de tuerca es en la pornografía. Hoy los grandes directores del género no son aquellos que poseen en sus filas a las grandes estrellas de la industria, sino los novios anónimos (y cornudos) que deciden vengarse exponiendo al onanista cibernético las imágenes (fotografiadas o filmadas) de sus ex. El receptor declara perimido el modo de construcción del Relato y reclama (inmerso en una era en que todo parece ir demasiado rápido), más que una buena historia, identificación instantánea con lo que está viendo. Podríamos afirmar que de esta forma se “desdibujan los límites entre lo público y lo privado” pero no lo vamos a decir porque se especula que esta frase es dicha 70.258 veces por minuto y por hoy se acabó su stock. Ahora bien, los amantes del terror están en problemas: los fantasmas no suelen ser tan poco cautelosos como las ex novias y, en caso de existir, todavía no hay pruebas fehacientes de que hayan sido tan estúpidos como para dejarse ver tras una cámara. Sin embargo, el truco del “documental falso con horror fuera de foco” lo está haciendo de nuevo. Que quede claro que no estamos hablando de los programas de Facundo Pastor. Primero fue hace 10 años (el tiempo pasa y nos vamos poniendo tecnos) con el hoy insufrible The Blair With Project, que mostraba las andanzas de un grupo de pelmazos en busca de una bruja. Hoy es más difícil de rever que una carrera de Turismo Carretera (repetida) o la jura de los diputados a cargo de Pinky. Ahora es el turno de Actividad Paranormal, elocuente desde su título. La idea de una entidad indiscernible inmiscuyéndose en la vida de una pareja puede rastrearse en “Casa Tomada”, el emblemático cuento que dio fama a Cortázar. La diferencia con el superclásico de la literatura argentina es que esta vez no se trata del peronismo (aunque habría que releer la reseña de Clarín Espectáculos), sino de un demonio hecho y derecho (¿el kirchnerismo?) que asedia la tranquilidad de unos novios recién juntados (el idiota Micah y la apetecible Katie). Para profundizar la “sensación de inseguridad” los personajes llevan los nombres de los actores. El muchacho decide filmar el dormitorio de noche para ver si el ente hace su show. Y eso mismo ocurre. Se puede decir, con excesiva tolerancia, que Actividad Paranormal “funciona” mientras se limita a reproducir el viejo gag de Edgar Allan Poe: oír golpes, cortes y quebradas de dudosa procedencia. Pero cuando de la sugerencia ominosa se pasa a la explicitación imperdonable de un espíritu invisible pisando talco, una tabla ouija auto-incendiándose, una sonámbula pechugona que da vueltitas alrededor de la cama y, especialmente, ¡un nabo en calzones preguntándole al fucking demonio que salga si es tan guapo!, caemos en una Scary Movie bastarda. La película se hizo con once mil dólares y ya recaudó 66 millones. Me pregunto en qué se habrán gastado esos once mil. Corolario: si usted necesita algo más que su vida para asustarse, diríjase a la ruta por donde pasa la vieja en bicicleta de En la boca del miedo. No lo defraudará. Sayonara.

4 comentarios:

puzzle dijo...

Y los pibes se casaron nomás... ahí en Ushuaia: laguito, truchita, tostadas con rosa mosqueta y caminatas por el lago...

CALEEENCHUUUUUU CORVINO !!!!!!!!!!

Vos y todos tus dramas con la opresión estatal y los contratos legales que rigen la intimidá de no sé que pindongas que hablabas...

Facundo dijo...

Martín: a mí la peli me incomodó bastante. No desconozco sus puntos flojos, que son muchos. Sin embargo, me parece que si bien es similar al proyecto blair whitch - en cuanto a una técnica de filmación-, la mirada es claramente distinta. Como decís vos ya en la pornografía hay un género que se opone al cine porno de autor. Sin ir más lejos, Mairal escribió un cuento que se titula "coger en inglés", creo, seguro lo viste, está en el señor de abajo, en fin. Ahí describía cómo era la mirada del que ve esa pornografía casera, en qué se detiene: no específicamente en los puntos fuertes del porno sino en ciertos detalles de la casa, lo que permite, en otras palabras, producir un verosímil. Lo que en el porno clásico es un error, en el casero resulta valioso: el ruido de un teléfono, un detalle que delate el contexto, una figura inesperada, la torpeza, sin ir más lejos. Esta mirada se vuelca en el detalle, en cosas que apenas se ven o que, en todo caso, nunca podrán ser vistas. Actividad paranormal, a la manera de un pornógrafo casero, aunque tb de cada video que podemos hallar en internet, muestra cómo ven sus propios personajes, cómo desmenuzan, por decirlo de alguna manera, en la pantalla de su computadora las imágenes registradas por una cámara quieta (todo lo contrario a la primera persona invasiva del blair witch), cómo en el detalle esperan el estampido. Una escena que me parece que podría funcionar como alegoría misma de la película es cuando buscan en internet (recurso barato sin dudas) qué es lo que le pasó a la chica que tenía el mismo problema. Si te fijás, la mirada de la foto del rostro desfigurado propone un breve y furtivo acercamiento sobre el detalle de las marcas. Es en este punto creo donde la peli puede valer y que la aleja del proyecto BW, es que el movimiento hacia el terror es de acercamiento y no de huida, como generalmente pasa. Si bien durante toda la película uno se pregunta cómo es posible que esta gente no huya (pese a las pésimas explicaciones),nosotros mismos no hacemos más que aproximarnos al detalle -el pasillo oscuro, por ejemplo-, a esa vaga forma de la evidencia. saludos!

Martín Zariello dijo...

Puzzle: no sabés lo enojado que estoy con que se hayan casado, me voy a ir del país.

Facundo: excelente análisis, cumple al pie de la letra el objetivo de los comentarios ("versiones del post") tanto es así que estoy de acuerdo a pesar de que la película no me gustó tanto. Por ahí se habla de un final alternativo, no sé cuál habré visto yo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Aguante REC (1), que utiliza elementos parecidos pero lo hae mucho mejor.